Insistir en algo que queremos conseguir está bien, aceptar la realidad de que ese algo no es para nosotrxs, está mucho mejor. Pues todo tiene un límite, y hay veces que nos negamos a verlo, quizá por miedo a vernos sin esperanzas.
Cuando deseamos algo, hay que luchar por ello, pero si hemos andado el mismo camino para conseguir ese algo decenas de veces y siempre con el mismo resultado, la nada, es hora de pararse a pensar si es el camino correcto. Incluso aunque nos parezca el único camino posible, ¿no será que la vida nos guarda otra senda que al fin nos llevará a nuestro objetivo?
Empeñarnos en repetir una y otra vez el mismo camino, las mismas cosas, para llegar a un lugar, puede acabar por traernos mucha frustación y el erróneo pensamiento de que nunca alcanzaremos nuestro objetivo. Mejor buscar caminos nuevos, métodos distintos... puede que la vida nos sorprenda, y si no lo hace, al menos no viviremos frustrados, repitiendo mil veces los mismo pasos.